Los que me conocen personalmente, e incluso muchos que leen el blog, me describen como una persona optimista (quizás demasiado optimista), pero eso no evita que como todo ser pensante, de vez en cuando, tenga pensamientos tristes, y aunque no es mi intensión hacerlos sentir tristes (en particular dado que quizás uno de los objetivos de este blog sea todo lo contrario, trayendo optimismo y felicidad sobre las maravillas del mundo a todos), lo cierto es que este pensamiento que tengo lo considero tan importante, que no puedo evitar compartirlo con ustedes...
Quiero hablarles de lo que en mi opinión es la cosa más triste que pueda suceder jamás, y por tanto es mi pensamiento más triste. Algo en lo que pienso quizás todos los días al menos una vez al día.
Se trata del fin del universo, pero no se apresuren a juzgar hasta que les explique...
Tarde o temprano nuestro universo dejará de existir, o al menos la vida será imposible, y por tanto, cuando ese momento llegue, todo lo que hemos logrado, por lo que hemos peleado, por lo que hemos llorado, lo que hemos amado y añorado, nuestras ideas y pensamientos, fórmulas matemáticas y descubrimientos, obras teatrales y pinturas, películas y canciones, todo, dejará de existir.
Y hablamos no solo de humanos en este aislado planeta, sino que también de posibles incontables especies inteligentes y conscientes de sí mismas esparcidas por todo el tiempo y el espacio del cosmos.
Es lo que denomino la Última Amnesia, la madre de todos los olvidadizos. Esto va más allá de todo supuesto Juicio Final profesado por muchas religiones. Este es, literalmente y en todo el sentido de la palabra, El Fin...
Sin embargo, aun este sea mi pensamiento más triste, la razón principal de compartirlo con ustedes es porque a través de los años me he encontrado con personas que piensan que si algún día se van a morir, y si no existe nada después de la muerte, y que nuestro universo algún día terminará, ¿qué sentido tiene la vida entonces?
Y mi respuesta es que tiene mucho. Mucho sentido. Y esto es algo que quiero que al menos los más jóvenes entiendan...
Como diría Einstein, todo es relativo. Lo que para el universo es importante, para muchos de nosotros no lo es, y viceversa.
¿Le interesa a una estrella a diez mil años luz lo que pasa con una pareja de esposos en su luna de miel acá en la Tierra? No.
¿Le interesa a una pareja en su luna de miel acá en la Tierra lo que sucede con una estrella a diez mil años luz de nosotros? No.
Sin embargo, para esa pareja, la intimidad de sus actos, sí que importan, y mucho. La felicidad, es algo relativo a cada uno de nosotros, yo al menos pienso que literalmente y en todo el sentido de la palabra, estamos viviendo en el paraíso, ahora mismo aquí y ahora, y creo que es aconsejable disfrutar cada momento que vivimos, pues el don de la vida y de saber que estamos vivos es algo que literalmente no tiene precio.
Notemos que aunque en relación al tamaño del universo las estadísticas nos dicen que deben haber millones de planetas habitados de seres inteligentes, que en términos relativos de nuestro vecindario cósmico, la vida inteligente es una rareza y algo que es quizás la descripción más cercana que conozco al término "milagro".
Entre millones y millones de planetas en nuestro vecindario, este tiene vida. Entre millones de especies en nuestro planeta, nosotros los humanos somos quizás los únicos conscientes de nuestras vidas y de lo que significa ser una mota en un océano cósmico.
Entre los miles de millones de años necesarios para la formación de nuestro planeta de entre los vestigios de una joven estrella, nosotros en estos momentos es que hemos captado consciencia de nuestro entorno.
De entre cientos de miles de generaciones evolutivas, nosotros somos los primeros en ponderar quienes somos. Y entre generaciones y generaciones de nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y ancestros que se remontan a cuando cazábamos en cuevas, tú, leyendo estas lineas ahora mismo, en este vasto vecindario cósmico en el tiempo y el espacio, estás consciente de tu existencia. Y eso, es un verdadero milagro.
Las posibilidades son tan remotas de ser tu, y el camino evolutivo tan largo y lleno de peligros, que el simple hecho de que estés vivo leyendo esto es quizás el milagro más grande de todos los milagros. Es el Último Milagro.
Así que a vivir y no desperdiciar este corto tiempo que tenemos... que cada día y cada respiro cuente. Y ese, es quizás el pensamiento más feliz de todos; el saber que estamos vivos...
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