Los creacionistas, que interpretan la Biblia literalmente y creen que un ser sobrenatural lo creó todo en seis días, parten desde la ignorancia, y desde la ignorancia argumentan, que la evolución no puede haber ocurrido porque Dios creó a cada organismo tal y cual es. Cada cosa "según su especie", para citar el Génesis. Parten desde una actitud obtusa, cerrada a toda alternativa. Son fanáticos en el sentido más estricto de la definición. Un ser sobrenatural dijo "sea esto y lo otro" y todo fue. He ahí el ejemplo más claro de una superstición. Y luego critican a los mayas por sus creencias o a las tribus africanas por sus dioses y sus relatos sobre el origen de la vida. Para ellos el relato de Occidente sobre cómo llegamos aquí es el único válido. Y por eso son capaces de matar. Uno de sus héroes, el Josué bíblico, que tiene un libro homónimo en la Biblia, es nada menos que uno de los genocidas más grandes en la historia de la humanidad. Léalo. Asómbrese cómo pasó a espada a mujeres, viejos y niños de los pueblos que invadieron. El mismo Dios que les dijo "no matarás" les ordenó estrellar a los niños "enemigos" contra las paredes (Isaías 13:16).
¿Qué actitud debemos asumir ante los ataques continuos de estas personas contra la explicación sencilla y obvia de la evolución? No puede ser el silencio. Tampoco puede ser una postura defensiva. Tenemos que tomar la ofensiva. Tenemos que educar, explicar y desenmascarar sin miedo las mentiras que se predican desde múltiples púlpitos y foros. Mentiras que usan para subyugar a las mujeres, para sustentar una falsa superioridad de los hombres sobre ellas, para condenar a las lesbianas y homosexuales, para maltratar a los que tienen creencias distintas y para discriminar a todos los que no piensan igual. Basta.
A los que piensan como yo les lanzo el reto. A las trincheras de lucha. A tomar posiciones. A encender la lámpara del conocimiento y ponerla sobre un candelero alto para que ilumine bien (Mateo 4:21). No sea que volvamos al oscurantismo, a un mundo acechado por los demonios de la ignorancia.
Sé lo que dirán los creacionistas que me lean. Es cosa del diablo, dirán. Es el enemigo, asentirán con sus cabezas. Pero no. No es un asunto diabólico sino científico. Somos productos de la evolución. Un proceso natural en el cual no se puede creer porque no es una religión. La evolución se entiende o no se entiende. Pero es la única explicación científica para el origen de las especies. La incapacidad para entenderla no constituye evidencia de que no ocurrió y mucho menos de que no está ocurriendo.
Si han de argumentar nos veremos en el campo de la ciencia. A citar evidencia científica. Los versos bíblicos estarán de más en esta discusión porque esta lucha no la podemos dar desde la fe sino desde la razón. Si les digo que el cromosoma 2 tiene evidencia de nuestro proceso evolutivo y quieren rebatirlo no puede ser con un verso bíblico. Si lo hacen pensaré que no entienden el argumento.

Comentarios
Publicar un comentario