Un día en el infierno

El infierno... si el infierno, aquel rodante e inexpresable averno cubierto de fuego, dolores y tormento. El infierno, aquel horrible y metafórico lugar nacido de las corruptas, baratas e incluso, drogadictas mentes de aquellos religiosos del concilio de Nicea. Seria curioso saber que drogas eran necesarias consumir para poder participar como artífices de la biblia, de seguro de haber estado allí,

hubiese creado un capitulo en donde la palabra central seria sangre... bueno; creo que las personas de la época también tendrían derecho a sus lecturas Gore (aunque no niego que la biblia hizo bien su papel), claro; que si la muerte de Jesús fue tal como Mel Gibson lo hizo creer... es mi deber expresar que los productores de Saw o Hostel (ahora que recuerdo viejas películas) son unos pobres imitadores de la historia.

Ahora bien, no pretendo continuar describiendo el como se creo la biblia, porque en realidad para los cuentos de ficción, me quedo con Harry Potter; por lo menos los personajes femeninos allí son importantes y no un vinculo barato entre el egocentrismo del creador y la libido de nuestros patriarcas (me es increíble pensar que según la biblia tengo como ascendiente a un hombre que dejo violar a sus hijas).

Un día en el infierno, un nombre tan complejo que parece abarcar tanto y que en realidad se resume con simpleza si vives en una sociedad como la nuestra, en especial la Colombiana. Un día en el infierno, arranca como siempre con las alentadoras noticias del mundo, una bomba en tal lado, la crisis económica, la muerte de inocentes. En esta linea, llegamos al segundo momento del día infernal que se resume con grandiosas (jejeje) series televisivas "La rosa de Guadalupe"... ya se pueden imaginar el resto.

En la tarde llegan al infierno las noticias; el perro que quemaron vivo, el muerto del rió, los parapoliticos y su spa penitenciario y las fanfarronas de la farándula. Sin embargo, cuando cae la tarde parece que el infierno se esfumara, llegan las nubes, cae el sol y se levanta en el horizonte aquella luna plateada, pero... este hermoso deseo se esfuma con rapidez; cae la noche y nos invade la soledad, la bohemia, vemos a las personas correr con apuro, de un lado a otro buscando cumplir las citas con el destino, vemos a los niños regresar a dormir, a los indigentes acurrucarse en el parque, a las prostitutas ofrecerse en las esquinas, sentimos los cigarrillos en el aire, palpamos ese hedor del día que se va... cae el silencio, llega el vacio, llega la imagen de los seres que amamos, de las frustraciones del día, de los deseos perdidos... llega ese momento intimo en que divagamos en los pensamientos, en el que sientes unos tiernos labios acariciarte la frente, la espalda, el pecho... empiezas a arrullarte... y duermes, duermes apaciguado y dichoso... aunque sepas que en el día de mañana tus pasos contribuirán a encender ese fuego, ese fuego al que unos llaman vida, otros mundo y los últimos, los mas condenados, realidad...